Ángel Pasarón sufrió un ictus con 63 años que le provocó diferentes secuelas físicas, cognitivas y conductuales que supusieron un cambio radical en su forma de vida. Una circunstancia que se vio agravada con el fallecimiento de su madre y el tener que afrontar su nueva situación en soledad y con falta de planificación en las actividades de la vida diaria y cuidado del hogar.

Por ello, una vez que se incorporó al Centro de Atención Directa que ADACE CLM tiene en Cuenca, además de elaborarse un plan de atención individualizado, centrado en la rehabilitación de los déficits causados por el daño cerebral, se detectó la necesidad de una intervención y apoyo a nivel social.

En ese sentido, se comenzó un trabajo de planificación y desarrollo de rutinas dentro del Centro primero y después en su propio domicilio, donde se ejercitaron aspectos básicos de actividades de la vida diaria, así como tareas instrumentales tales como organización, limpieza del hogar o autocuidado.

Gracias a estas actuaciones, a nivel físico Ángel ha mejorado significativamente la coordinación de su brazo izquierdo, lo que le permite una mayor autonomía y realizar acciones cotidianas tan sencillas como abrocharse la cremallera que, al llegar al Centro de ADACE CLM, no podía realizar por sí mismo.

También se aprecia una mejora en su atención y memoria, así como una recuperación de la participación social con el contacto y establecimiento de amistad con otras personas usuarias, lo que ha motivado que quiera participar en gran parte de las actividades que se proponen. Un buen ejemplo, la asistencia hace unas semanas a las Vacaciones de Verano de ADACE CLM en Oropesa del Mar.

Ángel se muestra agradecido del “apoyo muy grande” que ha recibido tanto del equipo profesional de ADACE CLM, que le ayuda en cualquier necesidad de su día a día, también a la hora de asesorarle en la gestión de algún tipo de prestación o ayuda, pero también de sus compañeros “que se convierten en tu familia”.

La atención que presta el equipo profesional de ADACE CLM a las personas con daño cerebral a las que atendemos es individualizada y específica para cada caso, ya que además de atender a las secuelas se analiza el entorno y nivel de apoyo familiar y social de la persona en cuestión, elementos claves en el proceso de adaptación a la nueva realidad. Un trabajo que es posible gracias al respaldo del Gobierno de Castilla-La Mancha, la Fundación ONCE y la Diputación provincial de Cuenca.