Miguel Ángel es uno de los usuarios del Centro de Atención Directa de ADACE CLM en Ciudad Real. Con 40 años sufrió un daño cerebral a consecuencia de una intervención quirúrgica para tratar un tumor cerebral, agravado con una nueva operación siete años después.

Bombero de profesión, Miguel Ángel tenía una vida muy activa por su trabajo, pero también por sus aficiones, como el deporte o acudir a festivales y conciertos de música rock.

Todo esto cambió a raíz de sufrir el daño cerebral. Poco a poco fue perdiendo la relación tanto con sus compañeros de trabajo (aún guarda contacto con algunos, pero de manera muy esporádica) como con su entorno habitual, un proceso de apatía, ligado a una depresión, secuela conductual muy frecuente en personas con esta discapacidad.

Síndrome apático y cómo intervenir

La apatía se identifica con la reducción de iniciativa y acción, y tiene también componentes emocionales (ausencia de emociones) Tal es el impacto del síndrome apático que, a menudo, puede darse en diversas esferas (laboral, familiar o social) de la persona con esta discapacidad.

Además, a Miguel Ángel el daño cerebral le produjo secuelas físicas, una hemiparesia (alteración en el funcionamiento y movilidad) de la parte derecha del cuerpo, así como déficit a nivel cognitivo: problemas de memoria, atención y en la fluidez verbal.

Secuelas que durante estos años se han venido trabajando por el equipo profesional de nuestro Centro (fisioterapeuta, neuropsicóloga, y terapeuta ocupacional) mediante el entrenamiento en rutinas ha facilitado la adquisición y mantenimiento de las actividades cotidianas.

También se ha reforzado su implicación en actividades emocionales novedosas como viajes, visitas a exposiciones, reuniones, tertulias con amigos, experiencias relacionadas con la música, su principal afición. Todo ello ha supuesto gran avance en su autonomía e integración psicosocial

Así, Miguel Ángel ha podido recuperar otra de sus aficiones, la lectura, especialmente de novela histórica, que le gusta realizar en la naturaleza, a la que acude a pasear junto a su perro ‘Pipo’, un gran apoyo para él.

Al principio, como él reconoce con una sonrisa “no quería venir al Centro y me escaqueaba”, pero con el tiempo y el apoyo de las profesionales de ADACE CLM, ha pasado a ser una las personas usuarias más participativas en las distintas actividades que se realizan.

Esta recuperación de la esfera social por parte de Miguel Ángel, tanto a nivel individual como en grupo, han sido muy importantes para mejorar su estado anímico, y ha propiciado una menor dependencia y atención por parte de su familia.

El caso de Miguel Ángel es un buen ejemplo de las múltiples secuelas que provoca un daño cerebral sobrevenido y la necesidad de hacer un abordaje multidisciplinar de las mismas, a través de un equipo profesional especializado en el tratamiento de esta discapacidad.

El vídeo que acompaña esta publicación es el primero de una serie que durante todo el año mostrarán historias de superación de personas usuarias de los diversos Centros de Atención Directa que ADACE CLM tiene en Castilla-La Mancha, y que difundiremos tanto a través de nuestra página web como en las redes sociales.