El vocal de la Junta Directiva de ADACE CLM en Albacete, y afectado por daño cerebral, Juan Marqueño, ha inaugurado las colaboraciones periódicas que vamos a realizar con el periódico digital “DIARIO SANITARIO” para dar a conocer en qué consiste esta discapacidad invisible, así como la labor que desarrollamos para ayudar a las personas que la padecen y sus familias.

Juan Marqueño Martínez, afectado por daño cerebral sobrevenido y vocal de la Junta Directiva de ADACE CLM en Albacete.

Era el 4 de noviembre de 2019. Un lunes cualquiera, con mucho trabajo.

Yo era director de una sucursal bancaria en Albacete y, debido al estrés en el trabajo, todos los domingos me tomaba un tranquilizante por las noches para intentar dormir un poco más que de costumbre, casi siempre con escaso éxito, con el fin de arrancar la semana con fuerza para trabajar lo que el puesto exigía.

Esa tarde estaba organizando la semana pues había tenido la firma de una hipoteca por la mañana y no había tenido tiempo de adelantar las tareas. De pronto noté una especie de crujido en mi cabeza y observé que se me había paralizado la mano derecha durante un instante.

Enseguida supe que no era como un episodio de ansiedad de los que venía sufriendo un par de veces al mes. Cuando me daba me solía doler el pecho y me quedaba casi sin poder respirar ni hablar, a veces más de dos minutos, pero este nuevo síntoma no lo había sufrido con anterioridad y eso me alertó.

Enseguida recogí, me fui para casa y se lo comenté a mi pareja que dijo que me acompañaba a las urgencias del ambulatorio para ver que me decían. Fui conduciendo sin problema, pero en la sala de espera me empezó a doler la cabeza, más y más, y cuando llegué a la consulta me senté en la camilla. Me dio algo que me dejó sin sentido y me quedé sin fuerza en el lado derecho.

El resto es una nube, con algún destello de lucidez: la cara que ponía mi pareja, ambulancia, enfermeros que me hablaban y llegada al hospital…

Me desperté en el hospital y vi a mi tío José Luis que trabaja allí. Me dijo que había tenido “algo fuerte” me pareció entender. Yo contesté no se bien qué, pero nada de lo que pensaba. Lo poco que empecé a hablar era inconexo con lo que mi mente quería pronunciar.

Estaba en la UCI del Hospital de Albacete y veía a toda mi gente al otro lado del cristal, que miraban preocupados y me hacían señas. Era ya el día 5 de noviembre.

Desde entonces mi misión ha sido recuperarme y rehabilitarme en los distintos recursos socio-sanitarios de los que, por desgracia, la gente no tenemos ni idea que existen hasta que no nos hacen falta.

Tuve conocimiento de la existencia de la Asociación de Daño Cerebral Sobrevenido de Castilla-La Mancha (ADACE CLM) en febrero de 2020. En ella cuentan con un equipo profesional multidisciplinar que abarca todas las especialidades que son necesarias para una correcta rehabilitación: neuropsicóloga, trabajadora social, logopeda, fisioterapeuta, terapeuta ocupacional, monitor, preparadora laboral…

Con su ayuda estoy trabajando las secuelas que me han quedado. Trato de superar los problemas de memoria a corto plazo, comprensión y atención que arrastro desde entonces. Me recupero del hombro derecho doloroso que tengo y, sobre todo, gracias al apoyo de la neuropsicóloga, vuelvo poco a poco a tener confianza.

Este último apoyo es el más importante de todos. He aprendido a aceptar mi nueva situación, retomando el ocio y las ganas de emprender actividades de responsabilidad.

El tener a la Asociación como referencia para conocer personas que tienen o han padecido lo mismo que tú, me ha ayudado a conocer los muchos pasos que tienes que superar hasta poder vivir tu nueva vida y asumir una nueva situación que ya nunca será la que tenías antes de sufrir un ICTUS y las secuelas, en forma de daño cerebral sobrevenido, que éste te causa.

Para nada ha de ser peor que tu situación antes de sufrirlo, sino que aprendes a valorar todo mucho más y valoras cosas distintas a las de antes, que en mi caso son en su mayoría mejor que mi vida anterior.